Mis ojos cerrados,
abiertos los tuyos,
Sedientos los labios,
Hambrientos de placer.
Tu boca balbucea mil locuras,
Tratamos que el instante se repita,
Quiéreme una vez más tú me gritas,
Quiéreme todo el santo día,
Que las horas nos agitan,
Que las noches sin ti se tornan frías,
Quiéreme cuando hayas partido,
Cuando mi corazón se sienta vacío,
Quiéreme siempre amado mío.
(c) 2014 Bécker Fernández
Derechos Reservados
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